En medio de este contexto económico y empresarial negativo es realmente reconfortante leer artículos como el que se publicaba ayer en “ElSingular Digital.cat”, de la mano de Carles Toronjo Manyé, del Centre Tecnològic de Catalunya (CTecno), bajo el titular “Optimismo en el sector tecnológico". En este artículo se avanzaban, precisamente, los datos principales del cuarto informe del Barómetro del Sector Tecnológico en Cataluña presentado públicamente lunes por la tarde.
Posiblemente debamos alegrarnos, ya que el sector ha obtenido la valoración más alta desde el primer informe publicado en 2008 y se prevé un futuro de oportunidades positivas y estimulantes. Pero tampoco podemos bajar la guardia. Según datos del barómetro la mejora respecto el año anterior ha sido tan sólo en 0,3 puntos (llegando al 5,3 sobre 10) y este es un señal evidente de que aún nos queda camino por recorrer. El informe lo dice bien claro: debemos trabajar en el conjunto de recomendaciones que se proponen para mejorar la trayectoria del sector y poder adaptarla tanto a las expectativas como las tendencias del mercado.
El optimismo del que se habla desde el propio CTecno no es gratuito, ya que las valoraciones de las 241 empresas encuestadas corroboran la calidad existente del tejido empresarial catalán del sector de las TIC.
Entre los diferentes elementos positivos y aquellos que el sector debe reforzar destacamos:
Es cierto que el entorno y la situación económica actual han desencadenado cierto freno en nuestro sector, pero no debemos utilizar esta afirmación como excusa. Debemos tener muy claro que la tecnología forma parte de nuestro presente de una forma muy extendida y será el eje vertebrador de nuestra sociedad en el futuro inmediato. En base a esta premisa, tenemos que hacer un sobreesfuerzo para coger las riendas con firmeza, caminar al ritmo de los que marcan tendencia y ajustarnos a la evolución y demanda del mercado.