El otro día veníamos hablando del Cloud Computing, en términos generales, como había surgido y de las tendencias que seguíamos para incrustar en nuestras rutinas esta herramienta. Hoy, vamos a centrarnos un poco más en las características técnicas y en qué nos puede aportar, objetivamente, la tecnología en cuestión aplicable a muchos quehaceres del día a día.
Porqué, ¿Qué claves tiene?
La semana pasada veíamos algunas de las implementaciones teóricas de la Computación en la Nube. Desde el SaaS al IaaS pasando por el PaaS y en definitiva el denominador común claro en esta ecuación es el “as a Service”. Dejamos de utilizar los programas como tal y nos focalizamos a usarlos dentro de una plataforma como un servicio añadido. Esto nos permite obtener unos beneficios que no teníamos antes, los detallamos:
¿No es oro todo lo que reluce?
Todas estas propiedades son importantes dentro de la novedad del sistema pero no serían posibles sin unos requerimientos mínimos que podríamos etiquetar como desventajas. Me gustaría aclarar que no las notaremos en muchos casos si los tenemos cubiertos, los requerimientos mínimos que decía, pero que pueden hacernos plantear si migrar, o no, a esta nueva tecnología.
Entre ellos destacarían la disponibilidad de acceso a internet, la madurez funcional de las aplicaciones que continuamente están modificando sus interfaces, por lo cual la curva de aprendizaje seria significativa en empresas no tecnológicas; la seguridad de la información que interferiría también en la velocidad de la circulación de esta, la “salud” tecnológica de nuestros proveedores de servicios en nube o también la escalabilidad a largo plazo de estos últimos que sin un esquema de crecimiento óptimo puede llevar a degradaciones del servicio; y por último mencionar que la centralización de las aplicaciones y el almacenamiento de los datos podrían originar una interdependencia de los proveedores de servicios. En cuanto a los últimos consejos a tener en cuenta se puede remediar muy fácilmente confiando con un proveedor fiable y de contrastada experiencia.
VENTAJAS
Sabiendo las características que me aporta la nueva tecnología y en qué me tengo que fijar para que no contrate una herramienta que después no pueda utilizar al 100% llegamos a las ventajas que me aporta el uso de esta:
Para empezar destacaremos la integración probada de servicios Red. Gracias a su naturaleza, la Computación en la Nube se puede integrar con mucha mayor facilidad y rapidez con la mayoría de aplicaciones empresariales (desarrolladas interna o externamente). Esta simplicidad permite también al proveedor de contenidos o servicios en la nube prescindir de instalar cualquier tipo de software y no requiere de tanta inversión para empezar a trabajar.
Implementaciones más rápidas, actualizaciones automáticas y prestación de servicios a nivel mundial son tres ventajas más a tener en cuenta y que nos proporcionará la Computación en la Nube gracias a su mayor capacidad de adaptación, recuperación completa frente a la pérdida de datos y reducción al mínimo de tiempos de inactividad. Y finalmente contribuye también a un uso más eficiente de la energía.
Con todo esto podemos decir que el Cloud Computing es la tecnología a coger debajo del brazo de nuestros negocios y ver donde nos puede ayudar a optimizar nuestros gastos, procesos e implementaciones. ¿Qué te ha parecido? ¿Crees que el Cloud Computing puede solucionar alguno de tus retos tecnológicos? ¡Deja un comentario!