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La clave es "No cagarla demasiado"

por SW Team

Las ciudades inteligentes están de moda. “Habéis oído hablar de las "smarts cities"?”

Primera pregunta de Irene Compte, la directora adjunta de Urbiotica, en una sala llena y a punto para el quinto y último TicketDay de la temporada. Ninguna mano levantada. El concepto se ha ido divulgando y ha ido creciente como la empresa, con proyectos en Barcelona, Figueres, Sant Cugat, Niza y París. Ella, risueña y apasionada, confiesa que es la "rara" de la empresa. Es geógrafa de formación y trabaja con 20 ingenieros de varias especialidades. Aporta, entre otras muchas cosas, la vertiente humanística en una empresa tecnológica.

Fabrican modelos de ciudad del siglo XXI, nuevos paradigmas en la gestión de las ciudades, ciudades inteligentes, regidas por sistemas operativos, rellenadas de sensores que controlan desde el alumbrado público -en Barcelona hay 300 mil farolas- hasta contenedores que avisan cuando están llenos. Quizás por el hecho de trabajar en un mundo virtual, casi de ciencia ficción, recogiendo datos a tiempo real sin cesar, los ha costado cuatro años, desde que nacieron, llegar a la conclusión que son una empresa de producto. Un discurso sincero en qué desplegó la viñeta hacia el triunfo, podríamos decir, con un porcentaje que a mí, de entrada, me impresionó: el éxito es un 99% de fracaso, de errores. Hace falta mantener la confianza en un 1% que es el que marcará la diferencia con el resto. Y Urbiotica aseguró que era esto. Y aferrarse a este 1% en una empresa de alto riesgo les ha ido bien. Empezaron con una financiación inicial de 60 mil euros y en diciembre del año pasado facturaron 1 millón y medio. Un camino hacia el éxito todo definiendo la identidad y consensuándola, apostando por el talento y pensando en la viabilidad y en la mejora continuada, con humildad y ambición. Todo esto son recetas "por no cagarla demasiado".


Vendo tiempo

Jaume Gomà, fundador de Ulabox, quiere hacer la vida sencilla tanto a compradores como vendedores. Un emprendedor que ha trabajado en grandes empresas y que ahora ha puesto su talento en un proyecto de supermercado virtual. Harto de perder el tiempo y la paciencia en los supermercados tradicionales empezó la sesión con un video caricatura pero un muy buen ejemplo del tiempo que puedes perder al súper y que te hace pasar las ganas, si es que nunca has tenido, de volver a entrar. Vende tiempos y no productos para hacer la vida más fácil. A mí me convence, sabe como emocionar. Vender tiempo, como en aquella película de ciencia ficción. Este es el lema que hace girar todo el engranaje a Ulabox. Buscan un usuario infiel con un surtido de productos diferencial y con la tecnología y el servicio inculcado al ADN. Una tecnología aplicada a todas las operaciones. A la logística, que compara con el talón de Aquiles: si fallamos aquí, falla todo. Y otro video para emocionar el cliente. El sueño de situarse delante de una larga estantería de súper y decir en voz alta el producto que deseas, especificando cada vez más las características. Las estanterías superfluas van desapareciendo y finalmente se te planta en frente el producto deseado, sin moverte. Escuchándolo pienso en los kilómetros y horas que he perdido recorriendo pasillos laberínticos. Son las bondades del e-commerce. La presentación acaba con una alerta. En esta virtualidad hace falta vigilar "la última milla": la entrega a domicilio. Es la única cara de la compañía que verá el cliente, es primordial y se debe hacer un esfuerzo por cuidarlo. Hace falta vigilar el transportista para que no lance el paquete por sobre la valla del jardín y te hunda el proyecto. Este fue el último video para explicar el sentido de una empresa que, por el momento, tiene 4 mil productos en la estantería virtual y que quiere llegar a tener 10 mil. No tiene prisa. La rentabilidad es el peor enemigo del crecimiento, dice.

El jardinero de Shakira

El último ponente, Jil van Eyle, es el fundador del "Teaming". Una idea, un proyecto altruista que salió a raíz de una historia personal. Su hija nació con hidrocefalia, le cambió la vida y la mentalidad de tiburón empresarial. Antes, su vida era individualista, materialista hasta la medula. Tenía una empresa con 50 trabajadores y ganaba tanto dinero que se pudo comprar un Porsche cuando sólo tenía 28 años. Sus cálculos eran poderlo comprar antes de cumplir los 30 y pulverizó la previsión. Cometió errores y la empresa hizo aguas. Cuando nació su hija todo cambió. El concepto de “Teaming” es que un grupo dé un euro al mes de la nómina y que lo destine a un proyecto social consensuado previamente. El destino del dinero la decide el grupo. Son proyectos solidarios que se consiguen con pequeñas aportaciones. La primera lucha que tuvo que superar Van Eyle fue la de la desconfianza. Y para superarla trabajó para hacer difusión de la idea: sobre todo buscaba personas mediáticas que le apoyaran. Conocía Frank Rijkaard, era su asistente personal, pero no había bastante. Y pensó en Shakira para hacer el gran salto. Le envió mails sin obtener ninguna respuesta, hasta que se lo explicó a un jardinero. Aquel jardinero resultó ser clave, fue quien le explicó el “Teaming” a Shakira, que desde entonces le ayuda en la divulgación. Desde que tuvo esta experiencia una de sus máximas es que tienes que explicar tu sueño a todo el mundo. Ha sabido crear una marca y un concepto y viaja por todas partes para explicarlo. Dejó claro que el “Teaming” no es una ONG, es una idea: un euro puede hacer cambiar el mundo.

"Estoy flipando"

Ésta es la reacción de otro emprendedor, el encargado de la degustación de cava que marca el final del TicketDay, tras escuchar los tres ponentes. De la saga familiar de elaboradores de cava al Penedés, Joan Pagès Entrena –es la tercera generación- decidió también marcar diferencias y salir del camino trazado por ser competitivo en medio de las 800 empresas elaboradores de cava que hay al Penedés. Cava y fuet de Carns Iban para digerir las dosis de talento y de creatividad, momentos para compartir experiencias y levantar la cabeza del móvil para pasar de los tweets compulsivos a las conversaciones de siempre.

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